jueves, 10 de abril de 2008

EL MUNDO ES HOY UNA ANTORCHA

Qué sin sentido une a los hombres en tareas no hechas a su medida. Millones de personas han sido oprimidas por unos pocos, y dentro de esos millones, una minoría unida por un hecho religioso, también lo han sido durante decenios.

El mundo ha asistido impasible ante ese hecho, tal vez algunas insignificantes manifestaciones de unos cientos de personas en ese tiempo, han alzado la voz en contra de la opresión en el Tibet.

Pues bien, tras la concesión de una cita olímpica, el movimiento ciudadano, más bien urbano, ha encontrado otra bandera a la que seguir: boicotear la marcha de la antorcha olímpica en favor de la libertad de un pueblo que dicen esta oprimido, ¿oprimido ahora?, así somos los humanos de esta época que nos ha tocado vivir: contradictorios, rebeldes, contestatarios, cómodos, acomodaticios, conservadores, radicales….

Es difícil pensar que este movimiento pueda conseguir su objetivo. El final sin duda será la suma de dos pequeños elementos: interés económico de los estados y nuevos mercados. Es posible que veamos incluso como el propio sistema fagocite el movimiento y saque algún provecho, económico, del mismo.

¿Qué hacen los gobiernos, o mejor los gobernantes?: mirar las encuestas y en función de lo popular que sea el movimiento se moverán con sumo cuidado, es peligroso alejarse del dinero, pero han comprendido que tienen que hacer gestos hacia estos colectivos que suponen votos.

En este caso la solución es enormemente fácil, decidamos los consumidores occidentales no consumir ningún producto de los patrocinadores…. Facilísimo, ya se ha resuelto, nos hemos cargado uno de los inventos.

Ya sabemos con qué nos amenazarán: paro, crisis, pobreza y aislamiento en China.

Curioso problema