lunes, 16 de febrero de 2009

TAL VEZ UN FINAL


Ya había sucedido, algunos pensaban que todo había obedecido a un plan preestablecido, yo también.

Primero se habló de la crisis económica, de la debacle de los mercados financieros, de los activos tóxicos, sinceramente cuando el ser humano se pone a inventar tonterías, no tiene límites.

El mercado inmobiliario y el despido de los trabajadores del sector no era ya suficiente, no había crédito para seguir consumiendo ni casas ni coches, ni nada de nada.

Todo el mundo estaba en crisis, los grandes constructores, los grandes empresarios, las grandes cadenas de supermercados, todo el mundo estaba en crisis, de golpe todo el mundo era pobre.

La solución siempre la misma: despidos, y si pueden ser baratos mucho mejor, pues la culpa de la crisis era, como siempre había sido, la voracidad de la clase trabajadora, absolutamente insaciable en sus pretensiones.

Qué decir de los extranjeros, de papeles para todos habíamos pasado a que teníamos que empapelarlos a todos, pues la xenofobia, palabra maldita, empezaba a aflorar.

Pero otro nuevo problema había comenzado a plantearse, si despedimos a todos a pesar de los subsidios, y mientras duren, no hay consumo, sin consumo…… ¿qué hacemos?

Como parece que soluciones no tenemos, a algún político de los muchos iluminados que circulan por el mundo, se le puede ocurrir que, si no nos comemos de una vez unos a otros para empezar de cero, ellos, algunos tienen un botoncito que todo lo puede, y zas problema resuelto.