jueves, 3 de mayo de 2012

TEMOR



TEMOR

Aquella mañana al enterarse de que ella había vuelto su corazón se había detenido, fue un instante, pero se detuvo, le faltaba la respiración, los nervios le hacían no controlarse, pero no quería delatarse delante de su hermana, que le acababa de dar la noticia del regreso de ella.
De niños siempre le provocaba la misma inquietud, cuando la veía, o cuando se hablaban, o mucho tiempo después cuando la abrazó, y no digamos cuando por fin se besaron, nada había sido comparable a aquellos momentos, ni antes ni después.
Ahora el tiempo había transcurrido y muchas cosas habían sucedido, pero a pesar de todas ellas, él seguía con la misma sensación de desasosiego, de congoja que antaño le bloqueaba, pero que a la vez le llenaba de felicidad, para él ella era la felicidad con mayúsculas.
Bajó las escaleras de tres en tres, como en los viejos tiempos, solo que ahora no debía dar explicaciones de a donde iba, ni el porqué de tanta prisa, cogió su vieja bicicleta y salió del zaguán de su casa.
Pedaleó sin descanso a pesar de lo empinada de la cuesta que lo conducía hacia la casa de ella, en lo alto de la colina. Le faltaba el aliento, pero lo peor era el temor que empezaba a sentir según se acercaba al final del camino, ¿qué ocurriría?, ¿cómo lo recibiría?, ¿seguiría siendo la misma que un buen día decidió marchar?, ¿cuántas cosas habrían cambiado en todo ese tiempo?
Para él todos sus sentimientos estaban en el mismo lugar, seguía amándola igual que el primer día de escuela, cuando la vio aparecer con su cartera en la mano derecha, su pelo muy, muy corto, sus ojos negros, casi tanto como su pelo, recordaba nítidamente aquel momento, nunca había conseguido borrarlo, le había acompañado desde aquel día de una manera casi mágica. Hasta un rato mas tarde no supo su nombre, cuando la maestra pasó lista y ella contestó con un tímido: yo.
Dejó la bicicleta apoyada en la pared y llamó a la puerta con insistencia, y sobre todo con una gran congoja, con un tremendo desasosiego.
Madrid, अब्रिल 2009

Settembrini

No hay comentarios: